San Pedro de Atacama, Chile, le 6 de febrero de 2013

Cruzando por los Andes


Luego de un mes de descanso, estamos listos para comenzar a pedalear nuevamente. Como estuvo lloviendo mucho últimamente, empezamos un día nublado desde Salta hacia San Pedro de Atacama en Chile. No sabíamos lo que nos depararía cruzar los Andes…


Parcours cycliste 1954036 - powered by Bikemap 


En la nublada mañana del 21 de Enero, Martín y yo comenzamos en Salta. Séb se quedaría unos días más con Cynthia y nos alcanzaría luego en la ruta. El primer día de pedaleo empezó bien, con colinas que suben y bajan a través de un denso bosque. También cruzamos a través de algunos badenes recordándome mi desafortunado pasado en Quines. Al final del día nuestros músculos se hicieron sentir, pero estamos contentos de llegar a El Carmen.


La serpenteante ruta a través del bosque

El segundo día elegimos bordear una ruta angosta antes de entrar a Jujuy y terminamos en un cruce de 4 vías! Después de salir del aprieto de esa ruta, nos detuvimos en Jujuy para almorzar y descansar. Martín no se siente bien y decidimos culminar el día de viaje quedándonos allí. Séb y Cynthia también llegaron a Jujuy y nos hospedamos en el mismo hotel.

La ruta entre Jujuy y Purmamarca es bastante angosta, con mucho tráfico de automóviles saliendo de Argentina. Muy a menudo escuchamos bocinazos de camiones y colectivos hacia nosotros y tenemos el tiempo justo para corrernos a la banquina. Está haciendo calor en la tarde y la ruta asciende abruptamente.


Descansando en la única sombra disponible bajo un puente

Finalmente luego de un día extenuante con 1100 m ascendiendo a través de Cuesta de Bárcena, llegamos a Purmamarca, el Pueblo de la Tierra Virgen. Descansaremos en este turístico lugar por algunos días.


Cerro de los Siete Colores y el pueblo de Purmamarca
Fiesta gaucha…
… y sus caballos

Luego de 3 noches en Purmamarca, es tiempo de ir hacia Susques, uno de los últimos pueblos en Argentina antes de llegar a Chile. Nos lleva todo el día subir la Cuesta del Lipan, 2000 m de ascenso de 20 km, a menos de 4 km/h bajo el sol. Aún así somos muy afortunados porque usualmente la niebla cubre gran parte del camino. Nos vimos envueltos en ella sólo en la última hora de ascenso.


Séb en la Cuesta del Lipán…
… y en la niebla!

Séb y Martin saliendo de la niebla

Cuando llegamos cerca de la cima encontramos un restaurante. El dueño, un gaucho cantor de Folklore, propietario de 200 llamas, nos propone dormir en su restaurante. Celebramos éste día difícil con una buena comida y una botella de vino en una calurosa habitación antes de dormir en el suelo.


Esta pequeña llama tiene menos de un día de vida y fue abandonada por su mamá

La mañana siguiente pedaleamos lo últimos metros de ascenso previo a una agradable bajada hacia Salinas Grandes.

Tradicional fotografía de ciclistas en la cumbre...

… antes de la bajada!

El camino en bajada hacia las Salinas!

Las Salinas están parcialmente inundadas y lucen como un gran espejo. Nuestra ruta lo atraviesa y es difícil no detenernos a sacar fotografías a cada momento. Intentamos incluso, parar en las Salinas pero la corteza de sal se quiebra y me encuentro atascado hasta los tobillos en un barro salado con una bicicleta cargada!

Salinas Grandes

Finalmente tomamos la foto del grupo en la ruta

El sol nos golpea duro en las Salinas y una fuerte insolación me da nauseas y fiebre al final del día. Estamos esperando que la ruta hacia Susques sea más o menos sencilla. Una serie de subidas y bajadas hacen pedazos mis últimas fuerzas y llego muerto a Susques.

El pequeño pueblo de Susques, perdido en los Andes

Descansamos por unos días en Susques, donde encontramos a Rémi, un amigo de Ginebra que viaja por la región con un grupo de argentinos.


Reunión internacional en Susques (Argentina, Francia y Suiza)

Luego de prepararnos para las dificultades de cruzar, dejamos Susques en un día soleado. La
ruta va todo el camino hacia arriba a través del altiplano.

Incluso estando más alto que el paso de Agua Negra, el paisaje es mucho más verde.
 Tras una gran escalada y una travesía por un salar llegamos a Archibarca: 2 calles se interceptan, 1 granja deshabitada y 1 casa abandonada sin techo. Decidimos instalar el campamento en la casa abandonada cuyas paredes nos protegerán del viento.

Campamento Archibarca

Durante la noche, un perro que ladra por varios minutos despierta a Martin y a mí (Séb sigue durmiendo). Finalmente, gracias al gran lanzamiento de una piedra tirada por Martin, volvemos a dormir.

Pedaleo saliendo de Argentina

Pueblo y Paso de Jama

Al día siguiente alrededor de mediodía, llegamos al pueblo de Jama, un pequeño poblado con costumbres Argentinas. Disfrutamos nuestra última YPF estación de gasolina y rellenamos nuestras cantimploras antes de salir del país. Mientras Martin y Séb van por lo necesario, yo me quedo mirando las bicicletas afuera. Al mismo tiempo turistas pasan agrupándose alrededor de las bicis, tomando fotos sin siquiera preguntar. Me siento como un mono en el zoológico… Tenemos bien claro salir de Argentina y subir el Paso Jama.

Curiosamente el límite político no es el paso más alto entre los dos países

Luego del paso, un viento fuertísimo en la cara nos quita el placer de ir cuesta abajo. El sol empieza a ocultarse, se está poniendo frío y tenemos apuro de encontrar un sitio donde acampar. Finalmente disponemos nuestras carpas en el terraplén que corta parcialmente el viento. Rápidamente comemos y nos deslizamos a nuestras cálidas bolsas de dormir.


Luego de una noche a 4.410 m.
A la mañana siguiente, pedaleamos por un lago con nuestros primeros flamencos.
Flamencos rosados

Pausa para foto y estiramiento

Mientras almorzábamos, un chileno muy amigable nos advirtió sobre la dificultad de la ruta hasta el punto más alto de nuestro viaje: Portezuelo Paranal a 4.836m. Y de verdad él tiene razón. La estrecha subida es extremamente empinada con pendientes entre 7 y 9 grados. Durante el ascenso dos autos detienen a Martin y Séb para ofrecerles amablemente una botella de 2 litros de gaseosa dietética congelada. Es definitivamente una buena idea incluso si no hace tanto calor a 4.800m, cada kg adicional es cargado cuesta arriba y definitivamente necesitamos azúcar. Cuando llegamos a la cima luego de 2 horas, nos sentimos desilusionados al descubrir que no hay indicación de la altura incluso habiendo carteles por la ruta.

EL ascenso

Anotamos la altura del paso

Luego de un placentero descenso, llegamos a una ciénaga con flamencos. Armamos nuestras carpas y disfrutamos de una fría y agradable noche bajo las estrellas a 4.600m.


Sutiles matices de colores
Noche estrellada a 4.600m
Punto de vista en un bodefal

Tras levantarnos en una carpa a -1ºC, el último día de pedaleo comienza con una larga subida a Portozuelo de Suco a 4.825m. Creímos despejadas las últimas subidas y bajadas hasta que la intersección con la ruta que lleva a Bolivia es una bajada genial! Estamos tan emocionados de llegar a San Pedro de Atacama que posponemos el descanso del almuerzo y continuamos bajando apresurados a 80 km/h.

Últimas subidas y bajadas
Precaución: Vicuñas cruzando
Asegura tus frenos…
Imprudente conductor a 80.4 km/h
A toda velocidad 75.6km/h


Tras una épica bajada de 45 minutos, llegamos a la aduana en San Pedro de Atacama. Fuimos advertidos por amigos que los oficiales chilenos revisarían todo minuciosamente y que las multas eran altas si intentábamos importar productos tales como lácteos y verduras. Por consiguiente declaramos honestamente que teníamos provisiones que podían estar vetadas. Sin embargo, los oficiales pasaron algunas de nuestras bolsas en la máquina de rayos X y nos eximieron con un gesto de aburrimiento total. Podíamos irnos.


Inesperado campo minado a la entrada de San Pedro de Atacama

Ahora estamos descansando en San Pedro de Atacama, preparando una de las más difíciles partes de nuestro viaje: el cruce del Sur Lipez Boliviano. Desafortunadamente está lloviendo con gran fuerza e intensidad, 3 cm de agua en la habitación del hotel.

Agua Capitán!

Esperamos recomenzar cuando las rutas sean abiertas nuevamente y el barro se haya secado un poco.

Camión lleno de tierra hacia Bolivia (que ahora debe estar completamente embarrado)
Muchas gracias a Anahi por la traducción!

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